No se puede hablar de transformación digital en América Latina sin mencionar a Medellín. En 2022, la ciudad recibió una distinción como la más inteligente de Colombia. El reconocimiento se basó en su exitoso recorrido en la implementación de herramientas tecnológicas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, la gobernanza y el cuidado del medio ambiente.
Un actor clave en este proceso es MedeINN, el laboratorio de innovación con enfoque GovTech del Municipio de Medellín. Fue creado en 2021 con el objetivo de impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación en el gobierno local. Ha sido el motor de un rico ecosistema donde conviven instituciones públicas, empresas privadas y emprendedores.
«Nacimos precisamente para articular la administración de la ciudad con esta comunidad de innovación», explica Juanita Escobar, gestora de innovación de MedeINN. Medellín cuenta con el Plan Maestro de Ciudad Inteligente, una hoja de ruta que guiará la estrategia hasta el 2031.
De todos los puntos a trabajar, el equipo de MedeINN identificó que todavía hace falta una conexión fundamental. “Desde hace tiempo nos estamos preguntando cómo lograr que este ecosistema, que es reconocido en el país y viene creciendo cada vez más, esté conectado directamente con las personas”, dice Escobar. “¿Cómo lograr que este territorio inteligente esté preparado, no solo para los integrantes de esta comunidad innovadora, sino para el resto de la ciudadanía?”.
El plan de promoción
El equipo de MedeINN, motivado por esta cuestión, se postuló en 2022 al programa «Ciudades y Derechos Digitales”, organizado por ONU-Habitat y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Fue seleccionado entre 36 propuestas de toda la región, junto a dos ciudades más: Ciudad de México (México) y Niterói (Brasil).
“Pensábamos mucho en que necesitamos un plan para que en la calle se empiece a hablar del tema”, comenta Andrea Londoño, Coordinadora de MedeINN. De enero a marzo de 2023, el grupo participó de talleres orientativos y creativos organizados por el programa, con la tutoría de expertos e instituciones colaboradoras.
“Nuestra reflexión durante las mesas de trabajo estaba orientada a cómo lograr que la ciudadanía pueda siempre beneficiarse del trabajo que hacemos. Que el impacto no se quedara en nuestro ecosistema”, señala Londoño. Para esto, dice, cualquier propuesta que desarrollaran tenía que partir de un enfoque de derechos humanos.
Como resultado, MedeINN diseñó el Plan de Promoción y Difusión de los Derechos Digitales. Estableció tres objetivos claros: trabajar una estrategia puntual para integrar la temática de los derechos digitales en la agenda pública y el sector privado; diseñar herramientas de exigibilidad a los ciudadanos, que permitan a la población estar informada y defender sus derechos; y empoderar a los funcionarios públicos dotándolos de capacidad de acción en el área.
“Para lograr la transformación digital tenemos que comenzar por la transformación cultural”, apunta Londoño. Un cambio de perspectiva que, dice, debe ser adoptado en primer lugar por los funcionarios públicos. “Necesitamos un cambio de mentalidad que nos permita entender a la tecnología como un instrumento para cambiar vidas”.
Pasos a seguir
Este Plan de Promoción y Difusión de los Derechos Digitales contempla acciones como la generación de un programa de capacitación para servidores públicos, laboratorios interactivos para la ciudadanía, mesas de trabajo con empresas y otros actores del ecosistema. También destaca la necesidad de ejecutar campañas comunicacionales. Todas estas medidas juntas colaborarán con la meta final: empoderar a los ciudadanos, fortalecer el respeto a los derechos por parte de las empresas y potenciar el trabajo de los funcionarios.
Dentro de los próximos pasos de MedeINN está la adaptación para la ciudad de la “Guía para la incorporación de los derechos humanos en la transformación digital de las ciudades”, lanzada en 2022 por ONU-Habitat y la Coalición de Ciudades por los Derechos Digitales. “Esto nos permitirá brindar orientación clara sobre cómo garantizar y promover los derechos digitales en el entorno local”, dice Escobar.
“Y tocar puertas, seguir tocando puertas”, agrega Londoño. “Necesitamos que el ecosistema siga creciendo, además de lograr el respaldo político, administrativo y jurídico que nos permita ejecutar el plan de promoción de derechos”. Solo con un trabajo colaborativo, aseguran, se logrará la construcción de una ciudad verdaderamente inclusiva, equitativa y consciente de los desafíos y oportunidades que la era digital presenta.